En la fuente bullidora
baña tus pies de azucena.
Cuando el árbol floreaba
la fuente llora de pena.
Porque el agua también llora
cuando tú bebes de ella
y se refleja tu rostro
como tallado en la piedra.
Plácida bajó una noche,
la luna a beber en ella,
y en el agua cristalina
al contemplar tu belleza
se fue alejando en silencio
sin haber bebido de ella.
¡Ay niña con tu hermosura!
cuando a la fuente te acercas.
Arturo Fernández
baña tus pies de azucena.
Cuando el árbol floreaba
la fuente llora de pena.
Porque el agua también llora
cuando tú bebes de ella
y se refleja tu rostro
como tallado en la piedra.
Plácida bajó una noche,
la luna a beber en ella,
y en el agua cristalina
al contemplar tu belleza
se fue alejando en silencio
sin haber bebido de ella.
¡Ay niña con tu hermosura!
cuando a la fuente te acercas.
Arturo Fernández